¿Verdaderamente piensas que las musas vienen y van?
¿Estamos condicionados a sus caprichos?
Pues me alegro de anunciarte que la inspiración está siempre con nosotros. En lugar de tratar de ponerse a escribir cuando creas que tienes algo interesante para contar, ¿por qué no escribes cada día durante el tiempo que decidas invertir en ello? Fijarte una disciplina diaria, a ser posible en el mismo horario, te sorprenderá ver los resultados.
Notarás como las ideas van fluyendo, los personajes se presentan para querer participar en el relato...pero sobre todo, disfruta de ese momento. Piensa en lo que te gustaría leer, como si fuera otra persona el autor.
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